Bienestar

La claridad no viene del pensamiento

La claridad no viene del pensamiento.

Recuerdo cuando era adolescente que le decía a mi madre “Yo en la vida voy a conseguir lo que quiera” y ella me respondía “bueno hay veces que no se puede conseguir todo lo que uno quiere” a lo que yo respondía “pues yo lo voy a intentar”.

Creo que esta premisa y el hecho de que desde muy joven sabía que en la vida tenía que haber algo más y que yo estaba aquí por una razón. Tenía algo que compartir con el mundo aunque no tenía ni idea de lo que era.

Cuando me preguntaban qué quería ser de mayor recuerdo que no sabía bien que contestar. Quería hacer algo creativo, eso lo tenía claro, pero no sabía ni por donde empezar. El caso es que al terminar el colegio, sin saber hacía dónde ir, terminé estudiando “Empresariales”. 

Siempre he tenido una gran fuerza de voluntad y compromiso así que aunque supe desde el principio que aquello no era para mí, y que ese no era mi lugar, terminé los 5 años de estudios. De lo cual hoy me alegro enormemente. El último curso mientras estudiaba hacía prácticas en una gran multinacional.

Al terminar llegaba el momento de enfrentarme al mundo y el hecho de imaginarme cómo sería mi vida si decidida trabajar para una gran empresa, en horario de 8 horas al día, cada día lo mismo, mismo lugar, etc … me llenaba de tristeza y aburrimiento. Entré en una profunda crisis existencial … preguntas sin respuesta y una profunda tristeza invadía mi corazón.

Recuerdo claramente esa necesidad interior de descubrir quién era yo en realidad y para que estaba en el mundo. Y después de unos meses de terapia era tal mi deseo que la vida envió a un vecino “Juanjo” a ofrecerme ayudarle en un cortometraje que estaba preparando. La idea me encantó y di el paso.

Aquel acontecimiento abrió la puerta a nueva etapa en mi vida. Empecé a conocer a gente y a desarrollar un trabajo creativo. Spots publicitarios, series de TV, cortos y largometrajes.

Una época de mi vida en la que disfrutaba enormemente haciendo un trabajo creativo, diferente y en el que aprendí un montón de cosas que han servido bien el resto de mi vida.

Las cosas me iban muy bien pero recuerdo que un día en un rodaje (yo tendría 22 años) miraba a la gente con 40, observaba sus vidas … y pensé “Yo a los 40 no quiero tener esta vida”. Una reflexión clara. 

Siempre había querido salir de Madrid, desde muy pequeña soñaba con vivir cerca del mar y definitivamente nunca he sido “una chica de ciudad”. Así que la vida de nuevo me trajo la oportunidad de hacerlo y me mudé a Tarifa.

No tenía ningún plan B pero, desde muy joven, tuve muy claro que entre “hacer” y “no hacer” algo, elegir hacer era la mejor opción para mí. 

Si elegía hacer aprendería algo, viviría una experiencia y si elegía “no hacer” el sentimiento que quedaría sería “frustración”. Seguía comprometida a encontrar mi misión en este mundo.

Allí empecé a practicar yoga, al principio iba y venía a Madrid para seguir trabajando en el mundo del cine hasta que decidí buscar trabajo en Tarifa y empecé en una tienda en la que hacían ropa a mano.

Allí conocí al que sería el padre de mis maravillosos hijos. Y con esta experiencia, una iniciación en el viaje hacia el interior de mí misma. 

Un tiempo después entendí que tenía que seguir mi camino sola, me aterraba la idea pero sabía que tenía que enfrentar ese miedo si quería ser feliz. Y además sabía que lo tendría que hacer yo sola,. Ya que sabía que volver a Madrid y a casa de mis padres no era la solución. 

Y con esa decisión comenzó la etapa más difícil de mi vida. Tenía 30 años y 2 niños de 15 meses y 3 años. Tenía claro que por las circunstancias de la vida su padre en aquel entonces no podía ayudarme, ni económicamente ni de ninguna forma.

Escapando del miedo que sentía (y que en aquel entonces no podía digerir de golpe) y sin saber porque me instalé en Granada. En una preciosa cabaña de madera frente al pantano de Güejar Sierra. 

También sabía, profundamente en mi interior que seguía comprometida con la búsqueda de “para que he venido a este mundo” “sabía que tenía algo grande que compartir …

Me encantaba el yoga, supe desde que lo probé que me encantaría convertirme en profesora, no tenía ni idea de como lo iba a lograr, pero estaba comprometida a criar a mis hijos y desarrollarme como mujer personal y profesionalmente, respetando mis valores y siendo fiel a mi misma. Elegí vivir el camino de la alegría.

Elegí vivir todo lo que hacía cantar a mi corazón!

Cómo vivimos en un universo super inteligente y receptivo y seamos conscientes o no del proceso, estamos co-creando nuestra realidad, a través de los pensamientos, palabras y comportamientos que elegimos día tras día. Nuestra vida es un acto constante de creación y somos responsables al 100%.

Cuando haces una decisión clara y comprometida sobre algo que quieres, sea lo que sea, el cosmos se alinea para ayudarte.

Y sí fue como por arte de magia apareció mi maestra y gran amiga Christine McArdle. Un día iba a mi clase de danza del vientre y apareció Christine a dar una clase de yoga. Era la primera vez que nos veíamos y al terminar la clase se acercó a mi y tras compartir algunas palabras me dijo: “Formo profesores y creo que tienes grandes aptitudes para ser una muy buena maestra de yoga, un día tus hijos crecerán y se irán y el yoga es un genial estilo de vida” …

Ahí estaba mi angel de la guarda. La vida la había mandando para tenderme una mano en el momento en el que yo buceaba mi más oscura sombra. 

Es cierto que de forma natural siempre me ha resultado muy fácil transformar los momentos difíciles en aprendizaje pero en aquel momento la vida me demostró que creía en mi, en mi grandeza interior y si cogía esa mano que me tendía descubriría como poner esos regalos que me hacen única al servicio de la humanidad. 

Y ahí comenzó mi formación en este camino de vivir al servicio de la humanidad.

Creo que una de las razones por las que la gente no tiene lo que quiere en la vida es porque tienen miedo de pedir! A veces tienen de miedo de no poder hacerlo porque no saben que “cuando tienes un sueño, un profundo deseo en tu corazón, tienes lo que necesitas para hacerlo realidad”!!!!! 

Has nacido con todo lo que necesitas para responder a la llamada de tu alma. Y esto incluye todo lo que anhela tu corazón, ideas, proyectos, sueños y deseos. 

Hoy puedo decir que cada experiencia que he tenido en la vida me ha enseñado algo. Creo que no hay error! o aprendes o ganas algo. Todas y cada una de las experiencias que he vivido, incluso las más dolorosas y las grandes caídas han sido necesarias para una mejor versión de mí misma.

La claridad no viene del pensamiento.

He aprendido que la claridad no viene del pensamiento no vine del pensamiento. Viene de tu compromiso.

Si quieres profundizar en el conocimiento de ti mismo puedes hacerlo con nuestro curso online de “Fundamentos Mindfulness” y nuestras clases de yoga online.

Puedes escuchar aquí al médico Jonh Kabat Zinn hablando de la belleza del mindfulness

inneris

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