El cuerpo como brújula: cuando el alma necesita suelo

“Cuando el alma necesita suelo firme, el cuerpo se convierte en su brújula más sagrada.”

A veces creemos que lo espiritual es leve, alto, intangible.
Como si el alma necesitara elevarse para encontrar respuestas.

Pero hay momentos…
en los que el alma solo quiere una cosa:
tocar suelo.

Hace unos años, en medio de un torbellino emocional, me di cuenta de algo simple y profundo:
Estaba buscando fuera lo que mi cuerpo llevaba tiempo susurrando.

Me dolía la espalda. Me pesaban los párpados.
Mi respiración era corta.
Mis hombros, armaduras.

Pero yo seguía meditando para “elevarme”,
haciendo afirmaciones para “transformar mi vibración”.

Hasta que me rendí.
Y escuché.

El cuerpo no se equivoca.
No adorna. No dramatiza.
Dice lo que es, con una sabiduría callada.

Empecé a hacer algo nuevo:
no interpretarlo.
Sentirlo.

Respirar hondo,
despacio.
Caminar sin destino.
Dejar caer la mandíbula,
soltar el vientre.

Y ahí…
en ese descenso suave hacia dentro,
algo cambió.

El alma encontró cuerpo.
Y el cuerpo se volvió dirección.

Desde entonces, el cuerpo es mi brújula.
Cuando dudo, cuando me pierdo,
cuando estoy creando algo nuevo:
vuelvo al cuerpo.

Me dice si sí, si no, si ahora o aún no.

Y en Inneris,
ese es uno de los portales más potentes que transitamos:
el del cuerpo como canal de escucha.

Escuchar el cuerpo como brújula cuando el alma pierde el norte

🌿 ¿Y tú? ¿Qué te cuenta tu cuerpo últimamente?

Si estás en un momento de transición,
quizás te resuene el cuaderno ritual gratuito que creé con los 7 susurros para volver a ti.

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• Método Inneris
  “En el Método Inneris, exploramos 8 portales que nos guían de vuelta a nosotras. Puedes conocerlos aquí.”
  →  https://inneris.es/metodo-inneris-transformacion-interior-para-mujeres-conscientes/

• Como propone la medicina ayurvedica y otras tradiciones somáticas, el cuerpo contiene su propia sabiduría. Puedes leer más en este artículo 

“Hoy sé que no necesito entenderlo todo. Basta con seguir esa brújula interior que es el cuerpo… cuando el alma necesita suelo.”

Con profunda apreciación

Itziar